Miedo a salir de casa y Trastorno de agorafobia

Una de las secuelas psicológicas que puede dejar el COVID 19 es MIEDO A SALIR DE CASA.
Tras el confinamiento este miedo está apareciendo en muchas personas.
El rango de disfunción que puede llevar asociado variará de un sujeto a otro. En algunos casos
será compatible con las actividades diarias y la persona podrá, con sufrimiento interno, tomando
extremas precauciones, no desconectando de sus pensamientos anticipatorios y dolorosos, salir
de casa. Pero en otros casos, la disfuncionalidad será extrema y la persona habrá desarrollado lo
que se conoce como AGORAFOBIA (1)
Es importante entender que en la presente situación, y tras una alarma sanitaria tan elevada,
podemos encontrar personas con miedos injustificados e incluso con cuadros agorafóbicos, pero
esto no debe prolongarse en el tiempo. Y no será lo mismo un periodo transitorio de desajuste
que observar una situación más dilatada en el tiempo.
Tras uno dos meses teniendo presente está sintomatología recomiendo que la persona se ponga
en manos de profesionales.
¿Por qué ahora las personas sienten más miedo-ansiedad y hay más cuadros fóbicos?
El exceso de información, la interpretación que otros seres humanos nos transmiten sobre
hechos futuros, las noticias falsas, y/o la publicidad engañosa, contribuyen a crear en la mente de
los individuos situaciones de riesgo potencial que les llevan a sentirse extremadamente
vulnerables. No es que en otras épocas de la historia no haya habido sucesos graves, desastres
naturales o pandemias, es que ahora se conocen de forma rápida, puntual y llegan a un mayor
número de personas provocando, en muchos caso, alteraciones psicológicas de distinta índole.
¿Qué es el miedo?
Es una emoción básica, primitiva, adaptativa y saludable. Ante la percepción de un peligro
presente, la persona hace una valoración cognitiva de la situación y se prepara para la acción.
Es, por tanto, la base de nuestra defensa que mediante la lucha o la huída, nos lleva a
salvaguardar la vida.
¿El miedo es siempre adaptativo?
En ocasiones no.
Es maladaptativo cuando la persona siente miedo (su organismo se prepara para la acción, la
defensa o la huída) ante una situación neutra en la que objetivamente no hay peligro, pero que
interpreta como peligrosa.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es el miedo anticipatorio. Es una emoción orientada hacia acontecimientos que no
están en el presente, sino en el futuro.
La persona que la padece, tiene pensamientos automáticos mediante los que anticipa sucesos
desagradables que le hacen temer una situación que interpreta como incontrolable. De esta
manera, poco a poco, puede comenzar a dar respuestas inadecuadas a esos pensamientos:
aprende a evitar esas situaciones o a generar acciones que le lleven a escapar de ellas.
¿Qué diferencia existe entre miedo y ansiedad?
Podemos decir que el miedo es más universal y objetivo, y la ansiedad es más privada y
subjetiva.
Se puede sentir miedo sin ansiedad, pero no ansiedad sin miedo.
Hay una valoración tipo «bottom-up», patrón miedo, relacionada con impresiones sensoriales:
«Siento miedo-valoro-respondo y me calmo». Y una valoración tipo «top-down», patrón
ansiedad, basada más bien en experiencias previas: «Siento miedo-valoro-anticipo falta de
control-sentimientos de vulnerabilidad, malestar, incertidumbre y no me calmo».(2)
¿Qué factores detectamos en la ansiedad?
Una «cognición disfunional», (3) es decir, una valoración inadecuada del acontecimiento, no
basada en evidencias objetivas, que lleva a la persona a un «deterioro del funcionamiento» en
su vida socio-personal y laboral-académica, porque actúa de forma maladaptativa, emitiendo
respuestas que les llevan a una existencia infeliz.
El problema se va de las manos cuando el sujeto vive esta situación de forma «persistente o
muy persistente», y/o presenta un perfil de «hipersensibilidad estimular», es decir, son
muchos los estímulos que interpreta como amenazantes.
En ambos casos, puede llegar a manifestar un cuadro de ansiedad más extremo conocido como
«crisis-ataque de pánico», que conlleva un grado mayor de disfuncionalidad, asociado a
alteraciones fisiológicas como taquicardia, sudoración, descomposición, mareos, dolores de
cabeza, etc.
¿A qué se deben estas emociones?
Los seres humanos, al igual que otros mamíferos desarrollados, nacemos con lo que se conoce
como EL CIRCUITO DEL MIEDO. Pero entre los humanos y otros animales, la diferencia estriba
en el desarrollo de las zonas anteriores de la corteza cerebral.
Investigaciones recientes sobre el miedo (4) indican que existe un sistema rápido y un sistema
lento de respuesta ante situaciones de alarma.
En el primer caso, la persona percibe estímulos a través de canales sensoriales. Estos canales
llevan información a zonas subcorticales del cerebro (tálamo y amígdala) conectadas entre sí y
que activan a la persona para que de una respuesta inmediata.
El sistema lento es aquel en el que, además de lo anterior, están implicadas zonas corticales del
cerebro: neocortex. Interviene el pensamiento y el sujeto valora e interpreta el estimulo, sea este
real o una anticipación «imaginada», llevándole a dar respuestas eficaces o ineficaces ante el
mismo.(5)
¿Qué consecuencias puede tener el confinamiento?
En algunas personas se producirá una preocupación saludable acerca de las medidas a tomar
tras el confinamiento y, quizá con algo de temor, comenzarán a salir de sus casas sin problema.
Pero en sujetos más vulnerables a la pérdida del bienestar psicológico, podría empezar a
generarse un cuadro de ansiedad patológico y discapacitante conocido como Agorafobia.
¿Qué es la Agorafobia?
Según DSM5 (6) si se dan dos o más de las siguientes situaciones, podemos estar en Trastorno
de agorafobia:

  • Miedo-ansiedad al uso de los transportes públicos.
  • Miedo-ansiedad a los espacios abiertos.
  • Miedo-ansiedad a los espacios cerrados (frecuentemente compartidos con otras personas).
  • Miedo-ansiedad a hacer cola o estar en medio de una multitud.
  • Miedo-ansiedad a estar fuera de casa.
    La persona anticipa que se va a poner mal y/o que le va a pasar algo en un contexto en donde no
    hay peligro potencial. Esto puede desencadenar o no una crisis de pánico, pero sea como sea,
    comienza a evitar activamente la situación.
    La evitación activa puede ser comportamental, (seguir haciendo la compra online para evitar
    salir a las tiendas), o cognitiva (la persona racionaliza su decisión de quedarse en casa, como
    forma de anticipar hipotéticos peligros), pero generalmente, el sujeto actúa de forma
    desproporcionada ya que el origen de su temor no justifica su aislamiento.
    Bibliografía:
    (1) Tratamiento psicológico del pánico-agorafobia. Carmen Pastor. Juan Sevilla. Publicaciones
    Centro Terapia de Conducta.
    (2) Emociones y soluciones: terapia de activación emocional EAT. Mirta Dall´Occhio. Akadia
    Editorial
    (3) Terapia cognitiva para trastornos de ansiedad. David A.Clark, Aaron T. Beck. Biblioteca de
    psicología Desclée de Brouwer.
    (4) El Cerebro Emocional J.Ledoux
    (5) Apego y psicopatología: la ansiedad y su origen. Manuel Hernández Pacheco. Desclée de
    Brouwer.
    (6)

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